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Estados Unidos está flexibilizando las leyes contra el trabajo infantil

En el país más rico del mundo, el trabajo infantil se está convirtiendo en una realidad más frecuente, y no siempre contraria a la ley.

Estados Unidos se enfrenta a una ola de explotación laboral infantil: en 2022, los inspectores federales descubrieron que casi 4.000 niños trabajaban ilegalmente.

Es el máximo registrado en la serie histórica del Departamento de Trabajo, disponible desde 2013, cuando la inspección encontró 1.400 menores en esta situación.

Una encuesta divulgada en mayo por el Instituto de Política Económica -un centro de estudios de izquierda- mostró que, en los últimos dos años, al menos 14 de los 50 estados de EE.UU. han discutido -y ocho han aprobado- leyes locales que reducen las barreras a la explotación laboral infantil.

Los proyectos de ley autorizan, por ejemplo, el empleo de niños de 14 años en turnos nocturnos de 6 horas y en trabajos pesados.

Los adolescentes de 16 años podrán ser admitidos en actividades de riesgo o físicamente exigentes, como demoliciones o mataderos, o incluso servir alcohol en bares (aunque es ilegal beber antes de los 21 años en el país). Algunos de los proyectos de ley también prevén que se les pague la mitad que a los adultos.

Cada uno de los 50 estados puede legislar sobre el tema, pero la normativa federal señala que los jóvenes de 14 y 15 años pueden trabajar un máximo de 3 horas diarias en el período escolar, nunca después de las 19:00 horas, y prohíbe actividades en sectores como la construcción o la industria alimenticia, considerados «opresivos para los niños» por la ley estadounidense.

Los adolescentes de 16 o 17 años no pueden trabajar con explosivos, minería y obras viales, entre otros.

Uno de los principales expertos estadounidenses en trabajo infantil señala que esta tendencia en Estados Unidos es «sorprendente».

«Nunca pensé que, después de más de 30 años trabajando en [el tema del] trabajo infantil en países mucho más pobres, (…) mi enfoque repentinamente se volcaría hacia EE.UU.», le dijo a BBC Brasil el economista Eric Edmonds, profesor del Dartmouth College.

Iowa aprobó recientemente normas de trabajo infantil que contravienen la Ley de Normas Laborales Justas, que en 1938 prohibió la explotación de menores en todo el país.

«La ley aprobada permite que los adolescentes trabajen en la fabricación y almacenamiento de fuegos artificiales. ¿Alguien realmente quiere que los niños de 16 años fabriquen explosivos? Es una locura», dice Reid Maki, coordinador de la Child Labor Coalition, una organización que ha estudiado el tema durante décadas.

En EE.UU. es popular la idea de que los niños deben poder ganar y administrar recursos desde edades tempranas. Se expresa en íconos culturales como la caricatura Snoopy, en la que el personaje Lucy tiene su puesto de limonada, o en las típicas películas de la escuela secundaria.

«Todos estamos de acuerdo en que el trabajo puede ser útil y que enseña responsabilidad y habilidades a los adolescentes, pero debe limitarse en horas y restringirse a trabajos seguros», afirma Reid.

«Lo que estamos viendo con la flexibilización [de las leyes] a nivel estatal es que en Minnesota, por ejemplo, quieren que los niños trabajen en la construcción, lo que no es seguro», añade.

En su sitio web, la FGA defiende que «hay muchas ventajas para los trabajadores adolescentes que se unen al mercado laboral en este momento, pero la supervisión burocrática innecesaria podría retrasar o impedir que busquen estas oportunidades».

Entre las «burocracias innecesarias», apunta contra los permisos escolares para el empleo de estudiantes y las evaluaciones externas de las condiciones de seguridad laboral o de salud de los adolescentes para desempeñar determinadas funciones.

Algunos estados ya han abolido tales restricciones.

«La crisis de los trabajadores ha paralizado la economía estadounidense y las cadenas de suministro. Con 6,3 millones de personas desempleadas y casi 11 millones de puestos de trabajo disponibles, hay ofertas de trabajo en todos los sectores (…) Mientras millones de adultos prefieren quedarse en casa en lugar de trabajar, los adolescentes de todo el país se están incorporando a la fuerza laboral», afirma la FGA.

«Los adolescentes quieren trabajar. Dejémoslos», concluye el centro de estudios, que es partidario de restringir los programas sociales y elogia a los estados de mayoría republicana mientras critica la gestión demócrata.

Esta postura es criticada por defensores de los derechos de los niños.

«Las empresas han identificado una oferta laboral que podría explotarse más fácilmente: son niños en un país extranjero sin tutores ni medios de subsistencia (en muchos casos). Vieron una oportunidad de ahorrar en costos de mano de obra y la aprovecharon», dice Nana, de la Universidad de Míchigan.

«Entendieron que esto a menudo resulta en multas e incluyeron estos costos en su modelo comercial. Los ahorros que lograron al contratar trabajadores vulnerables con pocas posibilidades de reclamar algún derecho superaron las multas», señala.

«Ante la creciente evidencia de trabajo infantil, lo que han hecho varios estados es aprobar leyes que facilitan el empleo de los niños y no los protegen», concluye la experta.

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